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El presente económico demanda líderes visionarios: Martha Elizabeth Ibarra

El presente económico demanda líderes visionarios: Martha Elizabeth Ibarra

por Lideres Industriales

Jorge Velazco 

Para la ex magistrada federal y socia fundadora de la consultora legal Ibarra Navarrete & Kublich S.C., Martha Elizabeth Ibarra, las mujeres y hombres que marcarán la pauta de nuestro futuro, proyectado al año 2030, son quienes logren consolidar una influencia positiva no solo en sus colaboradores y en sus clientes, sino también en la sociedad.

Son aquellos que buscarán el éxito de sus proyectos, promoviendo el bien común con innovación y visión en la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros, del desplazamiento de personas a nivel global, y de la transferencia de conocimientos, por la vía de la tecnología.

“En un mundo tan competitivo e innovador como el de hoy, los altos ejecutivos y líderes requieren capacidades fuera de las fórmulas tradicionales para llevar sus proyectos al éxito”.

Así lo considera la ex magistrada federal y socia fundadora de la consultora legal Ibarra Navarrete & Kublich S.C., Martha Elizabeth Ibarra, quien asegura que el nuevo perfil del liderazgo empresarial está conformado por una serie de cualidades sociales y habilidades personales que van desde el pensamiento tecnológico, la apertura al aprendizaje permanente y una intuición bien entrenada.

Pero, sobre todo, recalca, el presente económico demanda mujeres y hombres emprendedores con espíritu solidario y una alta dosis de compromiso hacia sus equipos de trabajo, hacia la comunidad y también hacia el entorno en el que impactan con sus actividades:

“Hoy por hoy, la influencia de un gran líder y de los CEOs de las empresas no se mide únicamente por sus logros y prestigio, sino también por el impacto que logran dar a la imagen y percepción de la compañía a la que representan, factor determinante para la atracción de clientes y para la atmósfera de bienestar que aportan a su propio capital humano, así como para la influencia social y causas a las que aportan beneficio”.

“Un líder debería tener la capacidad para visionar los cambios que favorecen y favorecerán en el futuro a nuestras empresas de cara al año 2030”, subraya.

Esto es algo que tiene bien comprobado esta abogada, experta en materia fiscal, pues desde hace años es la socia directora de una de las firmas más prestigiadas en el campo de la consultoría legal a empresas: Ibarra Navarrete & Kublich, que tiene presencia en Ciudad de México; Guadalajara, Jalisco; y Monterrey, Nuevo León. El grupo diseña y aplica programas de cumplimiento normativo para prevenir riesgos legales, además de ofrecer defensa jurídica y servicios en materia de amparo y derecho constitucional.

“Pienso que debemos partir de la visión y esencia de numerosos ejemplos de líderes que, empezando de cero, se han convertido en auténticos referentes mundiales a lo largo de su trayectoria: Por ejemplo, Tim Cook, actual CEO de Apple, quien ha visionado la importancia de la intuición para la toma de decisiones efectivas que son clave para el futuro de su empresa. Por su parte, Richard Branson, como fundador de Virgin, ha sido hábil para convertir los riesgos en oportunidades. Él es considerado el CEO más amigable y la persona más seguida en LinkedIn, con 12 millones de seguidores. Ha participado en numerosas iniciativas humanitarias y constantemente busca formas de provocar cambios positivos”.

En su recuento, la experta refiere también a Bill Gates, fundador de Microsoft, “quien ha demostrado una gran habilidad para explorar mercados poco aprovechados, mientras sus competidores luchaban por crear las mejores computadoras. Él se enfocó en el desarrollo de sistemas operativos que hoy conocemos como el software y hardware, además de que ha sido un gran defensor de los valores humanos en el trabajo, como el respeto, el compañerismo y el amor propio”.

Ahora bien, añadió, “conocemos la visión de negocio de Mark Zuckerberg, cuyo valor ha sido hacer más fácil la vida de las personas. Su principal motivación al crear Facebook, ha sido construir un mundo más conectado. Así mismo, Elon Musk, el actual CEO de Tesla Motors y SpaceX, es considerado una de las mentes más prodigiosas del siglo XXI. Su perspectiva de la innovación es abierta, en busca del beneficio común proyectado al futuro”.

“En esa misma línea de liderazgo de futuro se encuentran Larry Page, cofundador de Google, quien apostó por una cultura de empresa abierta donde prima el bienestar de quienes la conforman, se muestra cercano a su gente y promueve el factor motivacional como uno de los principales valores de la compañía; al igual que Indra Nooyi, presidenta de PepsiCo y una de las mujeres más influyentes del mundo. Ella es una líder de opinión por su causa feminista”.

También es ejemplo Brian Chesky, uno de los CEOs con más impacto en el mundo desde que fundó en 2008 Airbnb. Su éxito se atribuye a una idea innovadora e inteligente de negocio y a la buena gestión de la compañía, explica la consultora y ex miembro del Poder Judicial Federal.

“Reflexionando sobre lo que actualmente estos grandes CEOs han logrado, identifico plenamente que los líderes del futuro, proyectados al año 2030, debemos tener como una gran particularidad: el desarrollo de una influencia positiva en los colaboradores que nos rodean, en nuestros clientes y en la sociedad, buscando el bien común con innovación y visión en la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros, del desplazamiento de personas a nivel global, y de la transferencia de conocimientos, por la tecnología, a través de las fronteras internacionales», destaca.

Finalmente, la abogada fiscal empresarial resume, en 10 puntos, los pilares de crecimiento para convertirse en un líder visionario de cara al futuro:

Ser estratégicos y planificar nuestra vida personal, lo que nos dará un plus de ventaja para lograr las metas profesionales que fijemos en nuestras empresas, ya que estar en crecimiento constante y apto en espíritu, mente, cuerpo y emociones, influye en tu equipo y en cada una de las personas con las que interactúas.

Influenciados por la globalización, debemos ser innovadores, ágiles y sensibles a los cambios. Reevaluar constantemente las estrategias, al mando de un equipo de trabajo multigeneracional, visionando que el compromiso de los colaboradores hacia la empresa, repercute directamente en el nivel de productividad.

Impulsar y dar valor a las ideas y aportaciones de los equipos globales de los que estemos al mando, que hoy por hoy podrían trabajar para nosotros desde cualquier parte del mundo, ya que el cúmulo de experiencias en territorios nuevos aportarán valor al perfil del empleado y fomentarán su crecimiento profesional.

Como líderes, debemos pensar nuestras empresas en función de la sociedad, creando innovaciones que transciendan, con pasión y arriesgándonos para tener relevancia en el mercado, cambiar estrategias y estar abiertos al cambio.
Ser inclusivos y entender la tecnología como un valor transversal que nos habilita el acceso rápido al conocimiento, a las comparaciones globales y a un enfoque global en pro de nuestros negocios.

Ser un comunicador apasionado y objetivo en nuestras ideas, los servicios o productos que ofrecemos al público en pro de la empresa, desarrollando habilidades innovadoras e integrando esas capacidades a sus colaborares; establecer cercanía con ellos, para asegurar que ayuden a desarrollarlas y a sostenerlas, garantizando el funcionamiento de cada parte de un equipo altamente optimizado.

Mantenerse interesado en los potenciales avances tecnológicos y humanos, para potencializarlos en pro de la empresa.
Entrar en nuevos mercados y recibir competidores en el propio. Buscar modelos de negocios innovadores y flexibles, con intuición y con el apoyo de un equipo empático que vea a futuro.

Desarrollar la visión de hacia dónde va el futuro de nuestra empresa y marcar el camino, con preparación constante y crecimiento de nuestras capacidades y conocimientos, para afrontar cualquier desafío.

Tener presencia, comunicación fluida, compromiso, visibilidad y capacidad de escucha en todos los niveles; delegar debidamente y contratar a los mejores, para llevar adelante un liderazgo en balance perfecto con un equipo que se desarrolle en un ambiente de trabajo colaborativo, transparente y flexible.

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