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Alimentos piratas y fraude agroalimentario

Alimentos piratas y fraude agroalimentario

por Lideres Industriales

Por: Carlos Romero

ESPECIALISTA EN AGRONEGOCIOS

A lo largo de la historia existen datos de cómo se ha dado la falsificación, sustitución, adulteración, simulación y hasta la dilución de los alimentos.

El fraude alimentario puede suceder de varias formas, desde el sector primario con las producciones de hortalizas, granos, vegetales y frutos, así como en el agropecuario, en el acuícola y en el sector de la transformación de los Agro productos; en cualquier eslabón puede producirse una ilegalidad la cual puede derivar en una afectación directa a la salud humana al comprometerse los estándares de calidad que se requieren para que los alimentos puedan ser consumidos por la población.

A lo largo de la historia han existido casos en los que debido a la falta de cuidado en los procesos de producción y de selección sobre la calidad de los ingredientes, los alimentos llegaron a causar daños irreversibles a la salud humana. Al generarse un potencial problema de salud pública, con el paso del tiempo se fueron aplicando medidas regulatorias en las cadenas productivas estándares, se comenzaron a exigir certificaciones a los agricultores sobre sus procesos de producción, para garantizar que entonces los alimentos fueran inocuos y saludables, pues ha sido comprobado que algunos aditivos utilizados son altamente carcinogénicos, se acumulan en el cuerpo, ocasionando miles de muertes año con año como es el caso de salmonelosis en diferentes productos procesados y Agro productos.

Los alimentos “piratas” son aquellos que han sido modificados, falsificados, diluidos o adulterados, es decir, productos que no cumplen con las normatividades vigentes. En México la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) es la encargada de regular e inspeccionar que todos los alimentos que son importados y exportados dentro y fuera de nuestro país cumplan con altos criterios de calidad e inocuidad. Desde la venta de insumos, exportación, importación y producción este organismo regula cada parte del proceso conforme a las leyes vigentes.

Cada país cuenta con un organismo regulatorio para mantener la seguridad alimentaria de su nación y gracias a los desarrollos científicos y tecnológicos cada vez se avanza más en la identificación de estos riesgos, sin embargo, los criminales de igual forma están innovando para poder falsificar o copiar alimentos, un claro ejemplo es la miel de abeja o lo que nos venden como “miel de abeja”. Así, en esto que pareciera un juego de poder (que en realidad lo es por el alcance económico), los científicos constantemente encuentran formas para identificar compuestos que sean dañinos para el organismo y por su parte los falsificadores también desarrollan compuestos difíciles de identificar, con tal capacidad de que puedan parecer genuinos.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Social (SADER), estima que la producción de alimentos crecerá un 0.5% en 2022. La industria agrícola y la de transformación no se detienen, incluso frente a condiciones tan adversas como las ocasionadas a nivel mundial por la pandemia de COVID-19, -de la cual también surgieron nuevas medidas sanitarias para el procesamiento de alimentos, logística y distribución-, lo que tomando la parte positiva dentro del contexto, ha abierto una gran ventana de oportunidad para los agricultores mexicanos para seguir superando los estándares de calidad de los productos y con ello elevar la rentabilidad del sector a través de la llegada a nuevos mercados internacionales y de incrementar la oferta en los que México ya tiene presencia.

Para 2050, debido a la estimación sobre el aumento mundial de la población, se necesitará un 70% más de alimentos para satisfacer la demanda. Tan solo hablar de unos años adelante y de manera local, en México, se calcula el incremento a 134,36 millones de habitantes (Statista, hacia 2026).

Los retos son grandes y la profesionalización del sector es pieza clave en la apuesta para ser autosuficientes. Que todos los integrantes del sector seamos consientes de esta realidad que no es más el futuro, sino el presente, de la urgente tarea de producir de manera más sostenible, de desarrollar y adoptar nuevas tecnologías en las producciones y con ello brindar mayores garantías a los consumidores y satisfacer la demanda nacional y mundial, es clave para enfrentar este desafío.

Es claro que la innovación en este sentido, debe integrar procedimientos que estén acorde a los sistemas naturales, así como eliminar los insumos sintéticos y elegir los que responder a modelos sustentables es fundamental; acortar las distancias de logística produciendo en la medida de lo posible de manera local, y con la visión de disminuir la huella de carbono.

Pensar fuera de la caja nos dará una perspectiva más amplia, que nos permita ver cómo un proceso tiene repercusiones medioambientales cuyo impacto no solo tiene alcance local, sino mundial.

Puntos de interés:

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Información (INEGI), la industria alimentaria en México para el 2018 estaba compuesta por nueve subsectores.

• Elaboración de alimentos para animales

• Molienda de granos, semillas y obtención de aceites y grasas

• Elaboración de azúcares, chocolates, dulces y similares

• Conservación de frutas, verduras, guisos y otros alimentos preparados

• Elaboración de productos lácteos

• Matanza, empacado y procesamiento de carne de ganado, aves y otros animales comestibles

• Preparación y envasado de pescados y mariscos

• Elaboración de productos de panadería y tortillas

• Otras industrias alimentarias

Participación en la Economía Nacional

Para el año 2018 la industria alimentaria representaba más del 23% del PIB de la industria manufacturera y más del 3.69% del PIB nacional.

Factores

• Generación de bienes de alto valor agregado

• Disponibilidad de mano de obra especializada de más de 750,000 empleados

• Abasto de suficientes y variedad de materias primas

• Gran potencial de oferta exportable en el sector

• La industria posee costos de manufactura competitivos

• México es el segundo proveedor de alimentos procesados de Estados Unidos

• México es el tercer mayor productor de alimentos procesados en América (detrás de Estados Unidos y Brasil)

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