La economía más grande del mundo registra un alza de precios de 8.5% anual en julio, un nivel inferior a la tasa de 9.1% del mes anterior.
Estados Unidos informó este miércoles que la inflación de julio fue de 8.5% a tasa anual, un nivel inferior al 9.1% del mes anterior, debido principalmente al retroceso en los precios de la gasolina.
El alza de precios también es menor al esperado por el mercado.
El IPC subyacente interanual -un índice de precios que excluye el los alimentos frescos y la energía por su elevada volatilidad- subió un 5.9%, idéntica variación a la experimentada en junio. En su comparación mensual, el componente subyacente subió 0.3 mensual.
Los analistas habían previsto que la tasa subyacente subiría un 6.1% anual durante julio, por lo cual el dato está por debajo de las expectativas de mercado.
Los precios de la energía disminuyeron en general un 4.6% y la gasolina cayó un 7.7%. Lo cual compensó un aumento mensual del 1.1% en los precios de los alimentos y un aumento del 0.5% en los costos de vivienda.
Los inversores redujeron de inmediato las apuestas de que la Reserva Federal subirá por tercera vez consecutiva las tasas de interés 75 puntos básicos en su reunión del 20 y 21 de septiembre, y consideraron que el banco central estadounidense podría optar por medio punto porcentual.
«Todavía no es el descenso significativo de la inflación que busca la Fed. Pero es un comienzo y esperamos ver señales más amplias de relajación de las presiones sobre los precios en los próximos meses», dijo Paul Ashworth, economista jefe de Estados Unidos en Capital Economics.
Los precios al consumidor en Estados Unidos han aumentado debido a una serie de factores, incluidos los problemas de las cadenas de suministro globales, el estímulo gubernamental masivo del comienzo de la pandemia de COVID-19 y la invasión a Ucrania por parte de Rusia.